EURÍDICE


De: Sarah Ruhl
Dir: Debbie Saivetz


¡Nana vida! ¡Quintuchi María!

Feo mi modo es que es, ¡xha mamá! Olvidada es que te tengo pero fueras perdonar que mira cómo es que ocupada es que he andado. Voy un lado, voy el otro. Mero como la barca en la mar. ¿Viste cómo bonito es que se oye cuando dices “la mar”? Así mero es que ha andado mi cuero con su vaivén. Vieras que agarré encargo y ora vendida estuve. Nomás con eso se ocupó mi tiempo y nada que salía. Nomás me asomaba a la calle tantito a respirar. Como las ballenas, mero es que andaba. Nomás sacaba en veces la cabeza para no ahogarme y metía de nuevo. Pero ora ya acabé, ora ya te voy escribir. Vieras que feo cayó desgracia mi cuero que no sé cosa es que fui a comer que hizo daño mi tripa. Así pasé la noche, sentada en la taza. Suelto es que tengo la panza. Ora voy soltar mi lengua también que mucho tengo que contarte. Mira voy que empiezo mero por contarte un obra que fui a ver que

Eurídice es que se llama.

Este texto mero escrito es que está por Sarah Ruhl, ella es dramaturga de Estados Unidos, premiada y becada y todo eso que tanto le gusta a la gente. Si nomás escribe, da lo mismo, pero si escribe y tiene beca y tiene premio, importante es que es y entonces sí vale la pena. Pues este dramaturga becas y premio es que tiene y mira que mero ella quería ser poeta antes de querer ser dramaturga. Cosa necesaria, pues, tanta obra que hay que le falta poesía. Dirige este obra directora que Debbie Saivetz su nombre es que es y también de Estados Unidos su cuero proviene. Este directora a luego ha venido México algunas cosas pues y ora mero Oaxaca la tuvo comiendo tlayuda y cecina que vino dirigir este texto. Ora pues, mira que este proyecto se hizo por impulso de este hombre que Rodrigo Vargas es que es su nombre y conocido porque es figura importante de la cultura de Oaxaca, ora conduce, ora dirige, ora produce, ora da clases, ora vende pozole afuera de misa. De todo hace. Su cara muchos años estuvo en ese la tele local llevando la sección de cultura, así mero vas recordarlo. Pues este pelón (que pelón ha de estar porque como ya no le cabía más sapiencia se le fue cayendo el pelo para hacer huequito), este pelón es quien hizo proyecto porque mero pasó pues la palabra de la obra del inglés al español. Así mero como canción de pollito – chicken, él pues es que hizo lo mismo con la obra, el chicken lo convirtió pollo. Traductor es que es. Y ya que tradujo ora trajo Debbie Saivetz para que dirigiera. Proyecto mero se pudo hacer con ese apoyo del C12, programa de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca que apoya a las iniciativas artísticas ciudadanas. Que dame un momento, nana vida que chulito voy a soltar mi lengua de esto más adelante, ahorita nomás los menciono que ya me ocuparé de ellos.

La obra es pues relectura del mito de Orfeo y Eurídice, pero mero ora leído desde la vida de Eurídice. De cómo ella baja al Inframundo e inicia un camino de ausencias y olvidos, de encuentros y desencuentros. A luego Orfeo va por ella pero ya sabes lo que pasa, pues. Feo pasó este pobre mujer que se la llevaron al infierno, por eso tú persígnate todas las mañanas, xha mamá. Bien lo dijo mamá Nata: encomiéndate al señor antes deponer tu pie en el piso cuando te levantas. Cosa interesante siempre es esto de las obras traducidas porque, al menos a mí que morbosa soy, siempre me queda la pregunta de ¿qué perdió el material al ser traducido? ¿Qué ganó? ¿Qué se pudo decir igual? Y más con una autora que tiene mucho de poesía en su palabra. El texto es bastante sólido, poético y profundo y lleva bien por el mundo que transita, mero como Virgilio que lleva cuando Dante baja también al inframundo. Muy mítica es que estoy. ¿Será que me hizo bien haber atendido tanto migrante centroamericano? Como sea, al mismo tiempo que el texto es poético y profundo, es ligero. Mero así como tú que dicen que ligera eres y también profunda. ¡Ay, madre de Dios! ¡Virgen purísima! ¡Cosa es que estoy diciendo!

Mejor hablemos de la dirección. Quiero y no quiero, nana. Voy contar por qué. Este proyecto originalmente estuvo pensado para ser presentado en el salón de máquinas del Museo del Ferrocarril en Oaxaca, pero… el problema siempre de trabajar con apoyos que dará alguien más es que uno queda al pendiente de esos apoyos, y no sólo de los apoyos, sino también de esa gente. Y cuando trabajas con Instituciones siempre tiene que meter su nariz la burocracia, haciendo que los proyectos en lugar de poder hacerse, se entorpezcan. Yo por eso mero es que dejé de dar fiado en el puesto, si van querer comer, pagan primero y después mueven bigote con la remolida. Cosa bonita porque pienso yo con mi cabeza, la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca debería buscar la forma de proponer y realizar proyectos en beneficio de la población, contactar a sus artistas y trabajar juntos. Pero nomás se dedican a administrar, la mayoría de las veces. Si lo piensas bien, esto de la C11 y la C12 es, al final, una tomadura de pelo. Porque los artistas de Oaxaca están haciendo el trabajo que la SECULTA debería hacer, le están haciendo su chamba y encima la SECULTA mamona es que se pone, no da los apoyos en tiempo, pone trabas de todo tipo y todavía quiere que le agradezcas públicamente. Sí, la mayoría de los proyectos apoyados son personales, pero destinados (en muchos casos, no todos) al beneficio directo de la comunidad. La SECULTA es quien debería agradecer y motivar a los artistas a que trabajen junto con ella y no en vez de ella. Pero sólo ponen a los artistas como mendigos de la cultura y eso no está nada bueno, xha mamá. Y con este proyecto de Eurídice pasó, como con muchos otros en esta emisión de la C12 (no sé si fue así mero en la C11), que los proyectos tuvieron que modificarse por culpa de la administración de la C12, porque los apoyo no salían a tiempo y los lugares se perdían, había gastos que pagar pues y nada que dónde que se podía. Y como los proyectos tuvieron que modificarse por culpa de la C12, ora la C12 es que mamona se pone porque los proyectos se modificaron. Bonita está la chingadera. Mero es que igual es trabajar en la burocracia que trabajar en Telcel.

Pues… la cosa es mero que la obra iba a presentarse en el Museo del Ferrocarril, el montaje pensado estaba para el salón de máquinas y pues… que dice mi mamá que siempre ya no. El apoyo no salió a tiempo, el proyecto se aplazó, no se podía pagar más la estancia de la directora, el museo tenía problemas de que lo querían cerrar, etc. Así que la obra se trasladó a la Casa de los teatros. Gran problema que pone a la representación el lugar en sí. Pocas veces la gente de teatro se preocupa por el lugar y le da lo mismo presentarse en un espacio o en otro, en foro o en calle, aquí o allá, lo único que le importa es presentarse no importa en dónde. Y no se da cuenta de que el espacio por sí mismo es también un elemento de la obra. Los espacios hablan y su hablar se integra al discurso del hecho escénico. Y definitivamente, no es lo mismo presentarse en el Museo del Ferrocarril en un espacio tan concreto como el salón de máquinas a presentarse en el foro de la Casa de los teatros. Y más aún, en el foro sin cortinas que devela esta casa vieja que no habla, grita y sus gritos interrumpen lo que se está viendo. Es demasiado connotativa. Y cuando a esa connotación le quieres imponer un significado diferente, la mayoría de las veces acaba comiéndose al nuevo significado. Es muy difícil, al menos para mí que ya ves cómo está tonta mi cabeza, ir creando imágenes nuevas sobre los mismos espacios ya tan determinados. Entonces, desde mi perspectiva, el espacio jugó un poco en contra de la representación. Ahora era playa, ahora era infierno…pero en realidad siempre era una casa vieja por encima de la playa o el infierno o lo demás. La obra, tan contenida de poesía, a muy mi juicio, apelaba para un tono más sacado de lo real. Y el registro que se le dio era muy cotidiano. El tipo de material, el tipo de imágenes, la forma de ser dichas por la escritora eran para algo menos realista. Y el lugar, en vez de dejar que diera rienda suelta la imaginación, la ataba a sus paredes. Mira que me releo y bonito es que me quedó este párrafo. Creo estoy lista ya para ir dar clases de redacción a la nocturna. Sigo, xha mamá.

Los actores fueron los siguientes: Wagive Jiménez llevando el protagónico como Eurídice, de las pocas actrices de su generación en Oaxaca egresadas de una escuela de actuación y que le están apostando completamente al teatro en Oaxaca. Ernesto Díez Reyes que fue Orfeo, yo le vi su cara y a luego pensé que era del clan Bichir, mero así como los Bichir es que tiene su cara y ya si nos ponemos muy jocosas como que de repente hasta mero así como los Bichir es que le actúa, yo nunca le había visto trabajando pero ahora le he puesto el ojo, xha mamá. Rodrigo Vargas la hace del señor del inframundo y mi boleto valió la pena sólo por verlo salir vestido de Chabelo en un triciclo. Ricardo Ramírez es el papá de Eurídice. Y hay tres piedras que las hacen Yanina Vásquez, Rosario Sampablo y Saúl López Velarde. En general, el trabajo de todos es muy bueno, pero… Ahí viene esta pinche vieja de la Teca de nuevo con sus peros. ¿Por qué seré tan jodida yo, nana vida? Pues nada, mi pero es que me parece un buen trabajo actoral de todos pero al mismo tiempo los siento a todos muy hechos. Cada uno con su estilo y para mí todo el tiempo era ver buenas actuaciones en estilos muy diferentes que no lograban unirse. Vaya, no estoy pidiendo que todos actúen igual, sino que logren un tono que dé sentido, que cree mundo. Y veía gente que sabe cómo moverse, cómo decir las cosas, de qué forma y en qué momento, pero a su estilo. Y eso me producía problemas, nana, porque no podía evitar no ver a Eurídice si no a Wagive, no ver al señor del Inframundo sino a Rodrigo, no ver al padre sino a Ricardo, no ver a la piedra sino a Saúl y Yanina. En todo caso, el papel que más disfruté y más me atrapó por la construcción que hubo del personaje fue Rosario Sampablo. Ya me ha pasado con ella que la veo en escena y veo algo diferente cada vez, veo personajes, no una actriz. Y eso para mí es lo más grato y memorable. Repito, me parece que cada uno desde sus herramientas está muy bien, pero veo en escena trincheras diferentes en lugar de una batalla común, y eso mismo, sumando al espacio, me hacía extrañar un tono dentro de la obra. Aparte que muy a mi juicio faltó comprensión de imágenes en los textos, textos a de pronto muy dichos que uno sentía necesitaban una naturaleza diferente y que carecían de imagen en el actor al decirlo. Era extraño escuchar imágenes sin contener imágenes. O escuchar que decían "el mar" en vez de "la mar". Que pal caso es lo mismo, dirán, es agua.

Cosa misma es que me pasó con el vestuario. Estuvo a cargo de Beatriz Russek y fue hecho con prendas recicladas y la intervención del Taller Goyita y el Taller Tres hermanas de San Pablo Etla. Ora verás, decir eso de las prendas recicladas y la intervención de los talleres suena muy bonito pero vamos a ser descarnadas así como a luego me da por ser. Suena muy bonito pero en el teatro no funcionan las buenas intenciones. No había un tono en el vestuario. Está muy bueno que sean prendas recicladas, pero eso es algo que la mayoría de teatristas independientes hace todo el tiempo, reciclar vestuario, propio y de obras pasadas. Entonces en realidad no hay gran mérito en el reciclaje, además que el reciclaje funciona cuando sirve para “entonar”, para unificar el vestuario, para crear un mundo a partir de. Pero acá yo veía ropas diversas disparadas unas de otras. Un vestido como que de novia, como que antiguo pero que no me terminaba de construir algo concreto. Un suéter igualito al que compré al Juancho allá la feria de San Blas y que no me decía nada sobre Orfeo y así con las diversas prendas, unas que se veían muy nuevas y otras que se veían algo viejas pero que no codificaban.

La iluminación es de las más jugadas que he visto en la Casa de los teatros y estuvo a cargo de Jorge Lemus, de los principales escenógrafos e iluminadores de Oaxaca. Iluminar la Casa de los teatros es complicado porque hay poco equipo, ya está muy puesto y medio hay que jugar con lo que hay, además que a Jorge Lemus a luego le da por tener “detalles” durante la función. La escenografía estuvo a cargo de Hugo Tovar y eran elementos que terminaron siendo comidos por el escenario pero que en realidad sólo ilustraban. Pregunta sale mi cabeza, ¿cómo habría sido la obra si se hubiera presentado en el espacio para el que fue pensada? No lo sé, nana vida. Tal vez lo sepamos algún día. Ojalá, dijeran los árabes. Que ora no quiero hablar de los árabes no me vayan viniendo a poner bomba en mi anafre, feo es que están esos por allá, dándose con todo. Ay, xha mamá, dije eso y me vino un recuerdo. Fea es que estoy. Tanto encierro me tiene culeca. La musicalización fue de Koke Serret pero vas a perdonar, nana vida, mucho no recuerdo de ella, sólo recuerdo esta melancolía por el mito de Orfeo que es el que toca, el que canta y eso mero es que me faltó precisamente en la obra. Independientemente de que la mera chingona acá fuera Eurídice.

El equipo lo terminan Liliana Alberto en la asistencia de dirección, Fernanda Ramírez Serret en la asistencia de producción y Mariana Cantú Garza en la producción ejecutiva. Ésta última forma parte de la Gestoría Creatividad Comunitaria por el Desarrollo AC, un grupo de chicas que ojalá hagan más cosas por producir teatro que buena falta hace gente dedicada a la producción.

El diseño de imagen y relaciones públicas estuvo a cargo de Kan Marketing y Luis Nogales Echeverría. A mí, la verdad, me conflictúa un poco la imagen que es muy azul, con la cara de Eurídice y un fondo de paso de tren que apela a algo de lo que hablan en la obra y a esta idea de hacer la obra en el museo del ferrocarril, pero como lo que yo vi no me acababa de crear mundo, la imagen también no me termina de ser significativa como una posibilidad de interpretación de la obra.

Tons… ya sé que soy muy jodida, nana. Lo sé porque atrás de mí y a mis lados había gente que estaba llore que llore con la obra y yo nada, ni lágrima que se asomara mi ojo. ¿Será que ya estoy muy seca? Ese Palemón que me habrá chupado toda que antes me decían que estaba yo muy jugosa. No sé, nana vida, pero resumiendo, me parece que la obra cojeaba en el tono tanto por las actuaciones, el espacio, el vestuario, etc. Los diferentes elementos no me terminaban de crear un mundo al que pudiera yo entrar inocente como soy. Y lo más lamentable de todo es que las Instituciones que dicen apoyar a los proyectos ciudadanos y artísticos en realidad van jugando en contra. Ya ves que ora mero ese que era Secretario de Costura en Oaxaca, Andrés Webster, se ha ido de lo mismo pero al DF. Y ni cuenta dio de los millones que faltan.

Yo te voy dejar, nana, que nomás de hablar de ese Andrés Webster mi panza hizo gori gori y encima acá este chingado del Cenobio que dice que va a cerrar el ciber ya que porque es Buen Fin y se va ir comprar. Digo yo, si es Buen Fin diera a mitad de precio la hora del internet y dejara de molestar. Pero ya ves este paisano cómo tiene su mente muy así. De su modo. Hace feo.

Voy mandar beso tronado a tu cachetote y ya nos tenemos en contacto. Prometo mero no perderme tanto. Más, que perdida ya estoy.

Atentamente:

Tu comadre: La Teca.

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