Dramaturgia y dirección: Diego Álvarez Robledo
Ave María purísima, sin pecado
concebido.
¡Virgen de la castidad! ¡Comadre
de mi alma y adoración!
Ora sí me colgué más que la
vecina del cable de la luz. Pendiente es que te tenía este carta que ora mismo
es que te lo mando. Vieras de ver que anduve ocupada, pues. Una no puede venir
este ciudad porque a luego ya te andan llamando para hacerte encargo. Culpa de
mi buena mano que sabroso es que cocina, no voy decir mentira ni barbaridad,
sólo lo que es. Y entre que ahí anduve haciendo comida de la ismo muy que ya no
pude traer mi dedo este teclado para contarte cuento de otro obra que fui ver.
Perdona que no te voy contar mucho de mi vida actual pero es que largo estuvo
este obra así mismo como mi lengua. Fui dejar encargo de garnacha allá a
paisana que se casó con diputado y muy que tiene casa un lugar que se llama las
lomas. Vieras de ver cómo es cotorra la gente que acá no funciona igual. Ves
que allá en el pueblo la gente más pobre es la que vive en las lomas. Acá la
gente rica es la que las lomas se fue vivir. Está niche su cabeza. Pero cada
cual. Muy su gusto. Yo qué. Pues fui dejar encargo y de regreso pasé por ese
Centro Cultural del Bosque (que en adelante denominaremos CCB) que ya te he
contado y muy que me detuve ver qué obra de teatro había. Como soy ser
sociable, lavé mi nagua y bañé con jabón de olor, preparada es que estaba y muy
que me metí a ver
Intersticios / Terminal Axolotl :
Trilogía terminal.
Ambas producto de la pluma y la
locura de Diego Álvarez Robledo. Criaturita que anda en esto de la dramaturgia
y a pulso se ha ido ganando su reconocimiento. Ora ganó premio de Dramaturgia
Joven “Gerardo Mancebo del Castillo”, ora le dieron beca de la f,l,m,, ora le
dieron beca del FONCA y así. Chiquito está. De su edad y su tamaño, pero listo
que es. Ora vieras te voy contar lo que vi porque mi dedo prisa tiene de
platicar la contrariedad en que me dejó.
De entrada, hay una puerta. Debo
comentarte que lo que vi fue un 2x1, pues pagué mi boleto y dos obras es que me
pusieron a ver, ambas del mismo dramaturgo y vieras que también hizo su
dirección. Pero criminales que son que me tuvieron ahí en el teatro poco más de
tres horas. ¿Dónde va a caber su cabeza que te ponen a ver una obra y a luego
te dan receso y ya entras a ver la otra? Con una bastaba, ¿para qué las dos
juntas? ¡Ah! Pero me enteré de un chisme que contaba una señora del público que
ha de ser parienta de alguno de los actores porque hartas intimidades estaba
platicando, y una de ellas fue que esa programación no dependió de la compañía
sino del CCB, que pusieron las obras juntas nomás por ser del mismo dramaturgo
y director con la debida inconformidad de la compañía. A fuerza quieren darle a
la gente complejo de De Tavira. Pues bueno, que muy que las programaron juntas
ocasionando tormento para mi xhana, tanto estar sentada que salí con las nalgas
más anchas que las de una viuda después de funeral. Pero voy contarte las obras
en lugar de andar de quejosa. Jiar, jiar, jiar, como si yo pudiera dejar de
estarme quejando. Es lo mismo que un chino abra los ojos. Las obras las
presentan el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto
Nacional de Bellas Artes, la Coordinación Nacional de Teatro y la Compañía
Principio y fue en el teatro El Galeón.
Resulta que ambas obras
pertenecen a una trilogía de dos. Así como lo lees, de dos porque creo que
todavía el escritor no escribe la tercera. Sin embargo, he de confesar mi
opinión porque yo no soy de quedarme callada desde que se desapareció la COCEI,
yo nomás no le encuentro aún la conexión a las obras como para considerarlas
una trilogía. Digo, Terminator trata de robots del futuro, Shrek trata de un
diputado verde, Volver al futuro trata de uno queriendo quitarse el parkinson,
pero esta trilogía no sé a bien de qué trata o por qué es que es trilogía. Tal
vez ya viendo la tercera le agarre el sentido y sepa qué es lo que organiza los
materiales porque ora sí que con lo que vi en esta ocasión, nomás no lo sé. Tal
vez lo que organiza es que tienen el mismo escritor y director. Chance, como
dice el Juancho. Veremos, dice la ciega.
Pues la primera que vi fue
Intersticios. Trata de cuatro personajes que están reunidos y se ponen a contar
historias a partir del suicidio de otro y las ficciones se mezclan porque ora
son uno de los cuatro rejuntados y de pronto son el personaje de la historia
que se cuenta en ese momento por alguno de ellos que además resulta que todo es
un juego de ficciones y el punto es ónde esas historias se cruzan o se tocan y
que a por ello yo entiendo el nombre de la obra. De eso que hacen y quieren
hacer todos los jóvenes de unos años para acá de la ficción dentro de la
ficción y que si es actor o personaje o personaje con meta personaje y así. Sí,
comadre, yo me quedo igual que tú con eso. Lo bueno es que en muchos de los
casos ya luego estos mismos gentes maduran y se ponen a hacer otras cosas con
más seriedá. Pues así con ésta de Intersticios. Yo, la verdad, no entendí lo
que vi. En programa de mano dice: “Intersticios es el resultado de una
colaboración en paralelo entre artistas de distintas disciplinas que busca
generar un diálogo entre los actores, una sonorización original compuesta
específicamente para la obra, y un dispositivo escénico hecho a partir de luces
urbanas, material de reciclaje y una programación multimedia que permite a los
actores estar en control de todo: ser al mismo tiempo intérpretes y técnicos de
la ficción.”, lo cual sonaría muy interesante si yo no fuera jodida y cuzca
como soy. Cómo me gusta la palabra “cuzca”. Es poética.
La realidá es que la colaboración
entre artistas de distintas disciplinas de hecho la tienen la mayoría de obras
que se hacen en el país, más cuando los recursos son pocos y hay amistades que le entran al quite, así como cuando se
puso junto a mi puesto de garnacha el módulo de vacunación y si se vacunaban
les hacía descuento en la orden de pollo garnachero por petición ex profesa del
señor Presidente municipal, porque las señoras no querían vacunarse y se
aprovecharon de mi buen sazón. La sonorización original para la obra igual la
tienen muchas obras por lo que tampoco es algo que le dé un valor agregado a
ésta. El dispositivo escénico hecho con luces urbanas y material de reciclaje…
en la mayoría de obras mientras más pobre sea la producción más es lo que se
recicla (pregunten a los teatreros del interior del país. O al padre Benito que
con su sotana vieja le hizo el traje a la virgen dolorosa, nomás le bordamos harto
canutillo). Y pues eso de que los actores tienen el control de todo siendo
intérpretes y técnicos… pues al fin y al cabo eso fue lo que ensayaron. Ahora,
debo confesar que la obra atrapa al inicio por la estructura, porque llega un
momento en que como público quieres entender con tu cabeza qué es lo que está
pasando y empiezas a cachar cosas tanto de lo que dicen los personajes como de
lo que hacen y hay un buen nivel de lenguaje en el escritor y en tu cabeza vas queriendo construir a partir de lo que ves
pero… llega un momento pasando la mitad que ya no sabes ni dónde estás ni lo
que estás viendo y creo que al equipo le pasó lo mismo porque la sensación que
me dejó es que como ya cualquier cosa era posible y no sabían para dónde ir,
pues terminaron poniéndose a bailar y tan-tán, salgan que va a empezar la otra
obra y hoy hay matiné, además que bailan ese vals que bailó la Mariela en sus quince que tanto nos gustó (Wals N. 2 de Shostakovich, pero en versión cumbia. Oh mi dios, dijeran los weros, me quería morir). Y de verdad agradeceré que haya gente que esté
completamente en contra de lo que digo y más aún agradeceré que ellos me
expliquen porque yo salí que no sabía. Entre que eran tantas historias las que
se mezclaban y al mismo tiempo la historia de los 4 que estaban y no entendía por qué ellos jugaban este juego y más de la forma que lo jugaban porque independientemente de las historias y los intersticios, nunca terminé de saber quiénes eran ellos, más aparte que cualquier
cosa era posible de suceder ahí, así que terminé más perdida que la mamá de Remy.
Aparte que ya sabes que soy quisquillosa y con esta cosa que veo en el
teatro actual donde parece que la dirección apunta más a una plástica en la
escena que a razones o motivos para hacer lo que se hace. Y los personajes se
suben a una silla para contarte las cosas o se mueven hacia acá o hacia allá no
por una razón o necesidad del personaje para hacerlo sino porque se ve una cosa
de necesidad de distribución en el espacio por parte de los directores. Y no
sólo lo digo por esta obra, sino por muchas del llamado teatro contemporáneo y
más aún cuando los textos apuntan hacia esa llamada narraturgia, que ante el
puro discurso del texto los directores ponen a los actores a bailar y a brincar
y a caminar de acá para allá y a subirse y a bajarse de las sillas y las mesas
sólo para compensar la carencia de vida escénica del texto. Digo yo. Ahora,
todos abuchéenme. Gracias. Me
acordé de eso que decía una amistad que tengo allá por las Argentinas que en el
teatro clásico para abrir una ventana el personaje invocaba a los dioses.
Después, para abrir una ventana se hacía todo un raciocinio sobre por qué abrir
la ventana y qué representaría. Luego para abrir la ventana sólo se abría.
Ahora, para abrir una ventana te cuentan la historia de una ranita en su cumpleaños mientras se suben y bajan de
una silla.
Intersticios la actúan Mariana Castro,
David Gaitán, Miriam Romero y Javier Sánchez. A bien no sé quién es cada quién,
pero intuyo. Lo que me gustó es que todos son jóvenes y hacen un buen trabajo.
Sin embargo siento que les falta peso (y no porque no coman garnacha), les
falta entender lo que están haciendo, les falta terminar de construir
personajes complejos en los cuales ver la medida de lo humano que refleja el
teatro. Pero creo también con mi cabeza y mi fe puesta en Cristo Jesús que esto
se debe a que es un problema general del trabajo. Más que ser una obra
compleja, la entendí con mi cabeza como una obra enredada. Imágenes de a tiro
muy padres en algunos momentos que se terminaban diluyendo en el mucho que
había en ese pequeño espacio o bien por falta de motivos. Una ciega a la que se le olvidaba por momentos
estar ciega y que se veía una falta de conocimientos de la actriz de cómo
funciona realmente una persona ciega y no sólo como cree la gente que son los
ciegos que sólo andan tentoleando para ir a algún lugar. Un tartamudo que
reflejaba no el carácter sino el efecto. Un dispositivo escénico que en lo
personal más que admirarlo terminé pensando como escribió y cantó el sabio
poeta Juan Gabriel: pero qué necesidad, para qué tanto problema. Contrariada
salí. Revuelta mi cabeza como mar en luna llena. Creo que el actor más
consistente fue Javier Sánchez, si es que él es el morenito con pinta de
Yucateco. Y ya sabes que yo soy directa como autopista y no me voy a querer
fingir la intelectual y decir: “no mames (dijera el Juancho), estuvo bien loco
y lo entendí todo” nomás por convivir.
El equipo lo completan Manuel
Delgado en la asistencia de dirección, Daniel Ruiz Primo en la programación
multimedia y el dispositivo escénico, Braulio Amadís en el dispositivo escénico
junto con Diego, quien además también hizo la música con Juan Pablo Méndez que
es también el productor musical; Nora del Cueto en la coreografía, Rosa María
Trujillo en la gestión y difusión y Giovanni Gamba en las relaciones públicas.
Yo cuando leí relaciones públicas me acordé de mi chingado wero y muy que me
invadió el enojo, nomás porque soy prieta como la tierra de las calles de mi
pueblo, que si no me hubiera puesto roja del puro coraje.
Una vez terminada la obra salimos
al recreo y yo que ni torta llevé. A luego regresamos para ver la otra que fue
Terminal Axolotl. Este obra es con la que Diego ganó el Premio Nacional de
Dramaturgia Joven “Gerardo Mancebo del Castillo”. La obra trata de cuatro
personajes que van a Xochimilco en búsqueda de un ajolote que les dé la fuerza
para curarse y salir adelante, en donde todo se está acabando o perdiendo,
incluso la última esperanza es destruida. Contrario a la obra anterior, aunque
en términos formales hay mucho de los mismo: actores que se mueven por acá y
por allá, ficción dentro de la ficción…, en esta obra todo es mucho más
digerible, más claro, hay muchísimos lugares de dónde agarrarse para saber qué
estás viendo y ser parte del proceso, porque además hay personajes que en lugar
de ser enredados son complejos, hay historias de cada uno que se cuentan donde
también hay intersticios en las mismas, pero sabes de qué se trata, puedes
entrar al mundo de la obra. ¡Madre de Jesús sacramentado!, creo que ya entendí
de dónde es la trilogía. Si yo no soy tonta, nomás lenta. Un año me tardó el
entendimiento en ver que mi ex wero no se hacía sino que era. Lo que sí me
terminó cansando fueron los cortes en la progresión de las historias que hay a
lo largo de toda la obra que, junto con una señora gorda que estaba detrás de
mí con su hija y que se la pasaron comiendo Sabritas, sonando la bolsa y
crujiendo la papa en los dientes, hicieron que el dolor de mi xhana se me
subiera a la cabeza y me afectara el entendimiento. Pienso yo.
La obra, aunque tiene que ver con
una referencia a terminal del metro, habla más sobre aquello que se está
terminando, lo que se acaba, lo que se pierde. Como tu decencia. Y yo sé que
puede ser cuestión de gustos y mi gusto es y nadie me lo quitará, pero prefiero
el teatro que en lugar de querer hacerse el complejo, apela a la complejidad
humana. Y en el caso de esta obra va en ese camino llegando a puerto. Ahora
bien, hay algo que desde la obra de Ricaño que ya te comenté y tras éstas dos
me está haciendo mucho ruido. Pareciera que el teatro mexicano joven apela a
personajes hiper conscientes a los que la vida ya no les ocurre, sino que te la
cuentan, mezcladito con escenas dialogadas nomás para no dejar. Igual y es cosa
de estilo, aunque por lo visto no tiene nada que ver con algún estilo
particular porque hay mucho de lo mismo en muchas obras de las de ora.
Personajes que te hablan y te cuentan sin ningún descaro rompiendo eso que
llaman la cuarta pared creo que nomás porque tú estás ahí, porque alguna razón
para hacerlo sigo sin encontrarla. Ora, yo sé que el actor sabe que yo estoy
ahí, pero no sabía que el personaje también sabe.
En ésta actúan Giovanni Gamba,
Nara Pech, Aldo González y Sofía Sylwin. Además de un ajolote. Y vieras la
congoja que cayó mi corazón e hizo soltar la lágrima de mi ojo cuando resulta
que en la obra hay un wero que se está muriendo y quiere un ajolote para
salvarse. Inmediato recordé ese chingado de mi ex wero, a luego pensé que él
fue la ismo buscando garnacha para salvarse de algo. Y yo no lo supe
comprender. Pero qué dolor, madre, qué dolor sólo recordarlo a orilla del ojo
de agua. Bien lo dijo el padre Benito que eso Dios lo castiga. Si no, mira cómo
lo castigó por hacer lo mismo. Bueno, regreso a lo que estaba. En este caso el
trabajo actoral definitivamente es más sólido, más complejo, hay personajes
construidos, hay peso escénico, hay mucho mejor manejo de los recursos de cada
actor, destacando el trabajo de Giovanni Gamba. Pero lo que sí no entiende mi
entendimiento es por qué la gente insiste en meter animales a la escena sin
saber que los animales no representan. Y no hablo de malos actores, hablo de
los animales-animales de verdad, como los que nos protegió el santo padre Noé.
Un animal nunca dejará de ser un animal, es lo que es y ya, no cambia su
naturaleza en el escenario, jamás representa. Por lo mismo, en este caso juega
completamente en su contra porque todos sabíamos que no lo cocinan y que nunca
lo harán en escena, así que toda esa escena pierde eficacia volviéndose tediosa
ante la falta de efectividad del recurso, aparte que se re nota cómo están cuidando al bichito. Ora que si hubo alguien que pensó que
sí lo iban a cocinar, seguro es alguien que cree que al final de las películas
porno los protagonistas se casan. ¿Qué culpa tienen los bichitos? Ajolote es
para hacer jarabe para la tos, no para ser actor.
El equipo en este obra lo
completan Manuel Delgado en la asistencia de dirección, Daniel Ruíz Primo en
videoarte, Juan Pablo Méndez Barjau como productor musical, Braulio Amadís en
el espacio escénico e iluminación, Fernando Montes de Oca en el diseño gráfico
y Rosa María Trujillo en la difusión y gestión. Me vas a disculpar, comadre,
que en esta carta no te hable ni de vestuario ni de iluminación ni
escenografía, pero me llevaría mucho tiempo y mi xhana me empieza a doler de
nuevo de tanto estar sentada escribiendo tu carta.
Y pues así, comadre de mi corazón
y de bautizo. Cansada salí de las funciones como seguro tú cansada estás ya de
tanto leer. Vine a mi casa y metí mi xhana en agua tibia con sal, como hacía ta
Vicente con sus pies cuando regresaba de la labor. Cómo recuerdo a ta Vicente,
ésa gente sí que trabajaba. Lo único que le pido a Dios y ya le prendí su
veladora a la Virgen de Juquila, es que cuando hagan ya la tercera obra de la
trilogía no las vayan a transmitir todas juntas. Si con dos ya fue mucho ora
imagínate tres. Con razón Natividad no quiere tener más de dos hijos y ya fue
al centro de salud a que le cierren la manguera.
¡Ay, madre! Pues así la vida y
esto de la artisteada, amistad. Ora yo que ya terminé encargos, estoy pensando qué voy a hacer acá DF
que ando con mucho tiempo libre. Creo voy meterme a un curso de inglés y
computación en CNCI. Vi en el periódico que buscaban secretaria bilingüe y fui
pedir trabajo, y no me aceptaron que porque hablar español y zapoteco no
aplica. Jodidos.
Me voy, comadre, que ya se me
borró la huella digital de tanto escribir. Ora si quieres ir ver estas obras
estate pendiente que se van a presentar en la ENAT. Yo recomiendo Terminal
Axolotl. E independientemente de que Intersticios no fuera de mi agrado, creo
que este chico Diego es alguien de quién estar pendiente. No porque sea
sospechoso de algo, madre, sino porque seguro tendrá muy buenos logros en su
trabajo, independientemente de las becas y premios que ya hay muchos que nomás para eso escriben, seguro le saldrá más de una
obra memorable para la escena.
Mando beso tronado hasta tu cacheTOte.
Tu comadre: La Teca.
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